Muchas


Bueno, ante las críticas de poca actualización había empezado con un pequeño relato, que finalmente de pequeño no le quedó nada. Espero sus comentarios, si gusta, si no, lo que sea.


El otro día asistí a una fiesta de casamiento, como no soy una persona con mucha vida social se trató únicamente de la boda de un pariente, a todo esto no pude dejar de notar ciertas situaciones y cosas que realmente desconocía.


1. La histeria femenina, sí esa que a uno le hacen poner los pelos de punta, tanta búsqueda de perfección asusta. Que cuando empieza, que cada uno se sienta en la mesa asignada, que los souvenirs (sé que se escribe así, no pregunten porqué), que la música de la entrada, el vals. TODO, absolutamente todo les aterra.

2. Justamente recordando los primeros momentos luego de la ceremonia religiosa (por ponerle un nombre porque de todas maneras me desagrada), el tema de "transportar" a todos los asistentes al festín se hace un embrollo de magnitudes "bíblicas" (?).

3. Bueno, supongamos que pasamos la primer crisis (móvil-crisis), lo siguiente es la llegada al lugar donde engulliremos como si fuera nuestro último día en la tierra.

La recepcionista nos pregunta el nombre y apellido; y nos asigna una mesa que supuestamente sugirieron los novios. Tengo una teoría sobre esta peculiar distribución, seguramente contratan a una bruja, de esas que dan miedo (bueno tal vez pueda servir alguna de las suegras), para disponer a los comensales de manera que los más tímidos formen un grupo y probablemente también los sitúen en el lugar más a la vista de todos para quedar aún más tímidos y acentuar en ellos la sensación de incomodidad. Claro que me incluyo en este grupo de individuos, que otra opción cabría. La velada fue una seguidilla de silencios incómodos interminables, lo que no opacó el festejo en sí, sino que me hizo sentir culpa y mucha. Claro, si consumiera alguna de esas sustancias dietéticas, o tal vez fumara...., o usara cierta marca de ropa tendría muchísimos temas que tratar. Sí definitivamente las cosas serían diferentes (bueno, está mal que quiera que me mientan?).

Pero no, me dí cuenta que no puedo mantener la atención de quien tengo enfrente por más de dos segundos.

4. Bueno, lo siguiente es la degustación de los manjares, sí, sanguchitos de miga!!! Delicia de los Dioses. Era realmente gracioso dispersar momentáneamente la mirada a otras mesas para captar las gesticulaciones de todos tratando de dilucidar de que demonios estaban rellenos, claro que no a todos les gustan de Queso Azul y otras combinaciones horrorosas.

5. Después de marearnos los mozos con tanta ida y venida llevando sólo los sándwiches, aparecieron los calentitos, especie de medialuna cuadrada muy mantecosa con jamón y queso, insuficientes considerando que otorgan una “solamente” a cada uno. Misma maniobra macabra con las empanaditas, muy ricas por cierto, de carne (supongamos) pero insuficientes para que el gusto se asomara siquiera por detrás de la garganta. :-P

6. Antes del plato principal se bailó el Vals, oportunidad más que adecuada para hacer sentir mal a más de uno que se negaba a participar (me incluyo de nuevo y van). TODO el salón mirándome y gritando mi nombre para intentar seducirme para que tomara la posta, quién podría resistirse a semejante tentación?, si no fuera por la fobia que uno experimenta en ese momento sumada a la posibilidad de desvanecimiento. Yo me pregunto ¿qué clase de demente inventó eso de bailar el vals? Si a duras penas puedo caminar sin tropezarme. Por favor BASTA.

7. Bueno, ahora sí, el plato principal….pollo….se ve bien, pero ¿qué es esa “salsa” que lo acompaña?, no, champiñones…Encima probar algo nuevo, esto ya era demasiado. Lo único que puedo decir es que no me produjo ningún estado febril, por lo que me doy por satisfecho. Nunca los había probado y la verdad no me pareció nada del otro mundo así que me quedo con mi simpleza a la hora de comer….(CARNE!!).

8. Cuando pensé que no podía haber más oportunidades en las cuales me pudieran incomodar, la vida me golpeó nuevamente, claro el generoso fotógrafo (que filmaba también) apareció con su aún más atormentadora cámara de video con micrófono adicionado (sí que las había pensado todas el muy…), y pretendía que cada uno le dejara un mensaje hablado/filmado a los contrayentes. En realidad me pareció más que de esta manera satisfacía sus deseos más profundos de hacerme quedar mal, obviamente me negué, aún cuando su insistencia fue devastadora. Y de nuevo el tímido que quedó mal parado, no por ser malo, sino por ser tímido nomás. (agrego al fotógrafo a mi lista negra, debajo de economuebles)

9. Y ya finalizando mi resumido relato de las situaciones que ocurrieron en dicha velada, destaco por último el carnaval carioca, en el cual nuevamente me negué a participar. Pero no todos comprendían mi situación, casado y mi hijo de tres años (con unos 15 kilos) durmiéndome encima toda la noche a nadie se le ocurrió que estaría REPODRIDO!!!

10. Momento, me olvidaba de otra más!!! El bailarín de salsa con su hermosaísima acompañante. Otro momento para denigrar al pobre infeliz que siente todas las miradas sobre su cuerpo, provocando únicamente desazón y disgusto. Sí, presente. El resto se lo podrán imaginar, y en el peor de los casos ya lo deben haber sufrido.

11. Otras situaciones a destacar:

a) La mujer de gran tamaño corporal siguiendo como animal en época de apareamiento al de la salsa.

b) Las solteronas, de pasados los cuarenta a quienes no les sienta bien ni siquiera la canción de Arjona, revestidas con cualquier clase de Tejidos, muy pocos aptos para menores.

c) Lo indignante de ver a una madre (perteneciente al grupo a ) que en su afán por disfrutar de la Party no tuvo mejor idea que dejar a su beba de apenas añito y poco más, acostada sobre dos sillas apuntando a la pared. Sé de malos padres, pero verlos en vivo es para morirse.

d) El de la camarita en el celular, sacando fotos en la oscuridad (claro porque debe traer Night-Shot ®. Dejáme de joder, si las fotos que sacan a plena luz son apenas distinguibles, parecen esas fotos de ovnis donde toso es borroso.

e) Los que se pasan de copa (en singular), porque después de la primera ya están para una ducha fría.

f) Los que curten (vocablo que revela mi edad avanzada) al amparo de los breves lapsos de oscuridad reinantes y que son pescados in-fraganti por toda la audiencia que ya disfrutaba del espectáculo a media luz.

Y sí, no me imaginaba encontrar semejante “fauna” asistiendo a un momento tan memorable en la vida de una persona, supongo que debe ser normal (o no).

Yo la disfruté, dirán –“pero si criticaste todo”-, es que ya aprendí a reírme de mí mismo antes de que lo hagan otros.

Gracias al que leyó hasta acá. Hasta la próxima.

4 Comentarios:

Jaina Solo
19 de julio de 2006, 3:07 p. m.

Yo nunca asistí a un casamiento -y espero nunca ir a ninguno, ni al mío (?) - pero supongo que me incluiría en el grupo de los que se dedican a hacer maldades para que el tiempo pase lo más rápido posible.

En mi primera -y única- fiesta de 'gala', la de egresados, decidí tomar esta postura. Tenía unas sandalias con unos tacos de 10 centímetros, un lindo comienzo para alguien que jamás usa zapatos de vestir, mucho menos zapatos con tacos (ahora digo yo para qué? ah si para que combine con el vestido...pss...) por lo cual, además de lo que ya veía venir - el vals, el baile (de cuarteto seguro, aarrggghhh) en general, las siguientes 8 horas iban a ser la tortura más grande.

Creo que la peor que me mandé (una cosa es cierta, tampoco había que llegar al extremo con esto, había padres ajenos que no me junaban ni ahí, así que no había que sacar el mejor material - quizás si hubiera estado mi madre hubiera sido más fácil, pero no había guita para pagar dos tarjetas) fue una preparación con soda, helado de chocolate, sal, y vino de mesa. El resultado: un extraño brebaje similar a cerveza (bah similar para el aparato que se lo tomó, porque gritó "CERVEZAA!!" y mandó fondo blanco....pobre xD)

Así que enfoqué todo mi potencial en darle al morfi. Y no me equivoqué.

Salutes!!

Sergio Berton
19 de julio de 2006, 5:15 p. m.

Gracias por pasar por acá.

Sí, supongo que todas estas son las razones de mi muy poca sociabilidad. :-P

Igualmente supongo que me hubiera sentido un poco mejor conociendo a alguno más.

Y lo de las maldades no lo pude llevar a la práctica estando bajo la mirada atenta de mi esposa (entre nos. la bruja ;-)), sino hubiera hecho desastres!!

Gracias de nuevo.

Anónimo
20 de julio de 2006, 5:57 a. m.

Que te puedo decir fue todo un sufrimiento para vos, si este fue de un pariente me imagino lo que debe ser el de un amigo o conocido?.

saludos amigo, feliz día.

Anónimo
26 de julio de 2006, 10:53 p. m.

Bueno, ian, Nibbler, Sergio o como quieras llamarte. Me gustó mucho tu relato.. principalmente porque me sentí muy identificado. Soy bastante anti-social y en las fiestas soy igual que vos.. espero algun dia cambiar.

Saludos, Ale

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